FOTO-ACTITUD / Pablo Pérez-Mínguez
Capítulo «Torero cordero, 1972. Pablo Pérez-Mínguez» del libro «50 fotografías con historia»
Texto y pies de fotos por Martín Sampedro
Probablemente Duane Michals, Les Krims, y Pablo Pérez-Mínguez fueran conscientes de que su complicidad a miles de kilómetros de distancia, contribuiría a la expansión de un nuevo lenguaje y por eso lo hicieran público en libros y revistas. Tal vez pareciera evasión lo que nacía de una incontenible necesidad de autoafirmación. Poner ante el espejo de la cámara la extravagante inercia de la aceptada realidad y obtener la premisa de algo que existirá; reinventar un mundo en el que reconocerse, y fotografiarlo antes de que emerja, probablemente.
Mientras Les Krims tomaba la famosa serie de fotografías de su madre desnuda preparando sopa de pollo Making Chicken Soup en 1972, Pablo Pérez-Mínguez fotografiaba su famoso icono el Torero Cordero. En esa imagen, llena de valor simbólico, que a mucha gente pareció graciosa, anecdótica o provocativa (superada la risa fácil, y vista con la suficiente perspectiva), me queda claro que los verdaderos anhelos de P.P.M. al tomar esta imagen fueran tan sinceros y pueriles como los de Les Krims al fotografiar a su madre cocinando con los pechos al aire. Puede que por aquellos tiempos en España muchos tuvieran que amamantarse con los pechos de una madre postiza, viajar a Biarritz para ver El último tango en París, apostarse la melena en los controvertidos Encuentros de Pamplona e imaginar a un hombre dando la espalda al arquetipo de macho forjado en cuarenta largos años de represión y dictadura franquista. Puede que muchos ansiaran otra vida, mientras la vida pasaba.
Las fotografías de Pablo Pérez-Mínguez tenían ya mucho más arraigo en la actitud de artistas internacionales que en los planteamientos fotográficos que yacían en España. Con su predicada Foto-Actitud, desde la revista Nueva Lente y su sección Nueva Fotografía, P.P.M., abrazaba a toda una generación de huérfanos que tendrían que inventar la nueva fotografía contemporánea española.
Pablo Pérez-Mínguez. P.P.M. (…el ‘Mítiko-fotógrafo-internacional’, ‘Pop’, ‘Kitch’, ‘Místico’, ‘Conceptual’, ‘Underground’, ‘Hapenning’, etc. etc.) «Pobre Pero Millonario, para los amigos», me dijo que, por los avances de la ciencia, su vida duraría hasta los noventa y cuatro años. Y que yo duraría hasta los ciento veinte. En esa convicción estuve, lleno de optimismo, hasta que unos meses más tarde, medio zombi, me cantara la canción Corazón contento de Palito Ortega y falleciera con tan solo sesenta y seis años. Tal vez suficientes para un humano, pero no bastantes para un robot que aspira a la eternidad. «Todo lo que he hecho en mi vida, lo he hecho para cuando muera.» Así de paradójico era P.P.M.; el hombre fiesta, aparentemente supersociable, era en realidad una de las personas más introvertidas que he conocido. Su mesa favorita de cualquier restaurante era la que le ofreciera las mejores vistas de cara a la pared. Ese desfase de vivir fuera de su tiempo, y aceptarse diferente, es la expresión más clara de su voluntad y lucidez de artista creador. Saber que el presente lo sería en el futuro gracias al clic de la cámara, fue su forma lúcida de desafiar al tiempo para transformarlo en Foto-Actitud.
El estudiante de ingeniería, que se hizo retratista por devoción a una fotografía de Joan Báez en blanco y negro tomada por Richard Avedon, no tuvo prejuicios para aberrar y emplear estridentes luces de colores con que retratar lo extraordinario. Así sucedió con la revista Nueva Lente y las fotografías de Su Movida, que ofrecían una visión de España que, no habiendo existido, proyectaba el futuro de su gente y se ganaba la posteridad. Cada una de sus selectas instantáneas transmutaron el presente en futuro.
P.P.M., con Foto-Actitud, un montón de máximas propagandísticas, y aforismos, se armaba para defender su sagrada excentricidad y diseminar el par imposible de su genética virtual; «Su Vida Misma». (1946-2012)
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A las cinco de la tarde.
Eran las cinco en punto de la tarde.
Un descampado cerca del aeropuerto de Barajas fue la localización perfecta por tener asegurado un buen rebaño de ovejas.
Para el “arte de luces” acudieron Carlos Serrano, alma gemela de Pablo (diseñador de la revista Nueva Lente), un niño trajo la blanca sábana, Blanca Luca de Tena atusó y ajustó la taleguilla al poeta Ignacio Gómez de Liaño, quien por derecho aceptó ser torero por un día, cinco antes de su encuentro con Luis de Pablo y Alexanco para tratar sobre su participación en los controvertidos Encuentros de Pamplona.
A todas éstas, David Bowie daba a luz a un extraterrestre llamado Ziggy Stardust, mientras Neil Young se ganaba el primer puesto de la lista estadounidense Billboard con su disco Harvest.
Yo, ajeno a semejantes acontecimientos, pasaba las tardes en los futbolines de mi pueblo escuchando las inteligibles canciones que ofrecía la rockola. Mari Trini decía no ser ésa, John Lennon imaginaba… la dulce Jeanette acusaba al mundo de haberle vuelto rebelde, Aguaviva, recien mudados a La Casa de San Jamás, llevaban ya un año proclamando el Apocalipsis.
¿Cómo podría yo imaginar que algún día tendríamos que hablar seriamente de aquel 29 de marzo de 1972?
¡Ay, qué terribles cinco de la tarde! Va por ustedes, con FOTO-ACTITUD.
Martín Sampedro. Ocho de marzo de 2017.
50 fotografías con historia se presentó el jueves 26 de octubre de 2017 en Madrid con la presencia de José María Díaz-Maroto, director de la Escuela Internacional PIC.A PHotoEspaña, reputado fotógrafo y comisario de exposiciones nacionales e internacionales, encargado de la selección de fotógrafos y obras presentes en el libro, y de Félix Fuentes, especialista en diseño editorial con una amplia trayectoria en proyectos vinculados al arte, que ha realizado la labor de redacción de textos y diseño editorial.
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